El ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha propuesto crear una "alianza permanente entre las confesiones religiosas», una propuesta al estilo de la Alianza de Civilizaciones, que estaría vinculada a ésta ya la ONU. Esta proposición incluye crear una "autoridad religiosa global» basada en dos pilares: el respeto al pluralismo religioso, la paz y la libertad, y la condena de toda violencia.
Entre los temas que considera que tienen los líderes religiosos son los derechos de las mujeres, con los que el ex cree que «tienen un problema». Juventud, medios, migraciones y educación son los cuatro temas fundamentales que deben tratar esta alianza para promover la paz y el bienestar.
El ex presidente ha centrado buena parte de su conferencia, en la que ha tocado diversos temas, en el conflicto de Israel y Palestina. Ha pedido el "reconocimiento del Estado palestino» y «garantías de paz para Israel». En este sentido, ha exigido a la comunidad internacional "una alianza liderada por las Naciones Unidas» para poner en marcha una «mesa de paz».
Los líderes religiosos no pueden quedar al margen de este proceso. Por ello, el expresidente ha pedido a las tres grandes religiones (judaísmo, el islamismo y el cristianismo) un «compromiso renovado» a favor de la paz en Oriente Próximo. Según se puede interpretar de sus palabras de los interlocutores podrían ser la Iglesia Católica, el judaísmo, el yihadismo musulmán y .... el feminismo. Algo así como una evolución de su dormido proyecto de la Alianza de las Civilizaciones pero en sentido religioso.
Ante un público internacional, Zapatero ha puesto a España como ejemplo de país con "una paz con memoria» en referencia en las víctimas de la violencia terrorista, en su conferencia en esta Universidad. El ex presidente ha destacado que nuestro país es "un buen testimonio" de "como el terrorismo perdió contra la libertad».
Zapatero también ha afirmado que "en nombre del nacionalismo se han llevado a cabo las mejores y las peores» acciones de la humanidad, aunque sin mencionar ningún conflicto político concreto.
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