lunes, 21 de julio de 2014

Ni Espanya, ni França, ni la Comunitat Europea




Los montajes catalanistas han adquirido un sesgo extremista impensable hace tan sólo un par de años. Convergencia comparte proyecto con las organizaciones independentistas más radicales y empieza a asumir la "gestualidad" proetarra, con discursos que atizan el odio a España y con quema de banderas. El civismo del que presume el bloque separatista ya viene aderezado con proclamas semibélicas y una parafernalia que recuerda la de los actos de exaltación del terrorismo en el País Vasco. 

El último escenario de esta escalada verbal y simbólica se ha producido en el "Pino de las tres ramas", un árbol que el nacionalismo ha sacralizado como una representación de los "países catalanes" y que hace unos meses sufrió la amputación de una de las ramas. Este hecho y la convocatoria de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para montar una viene humana en el paraje hacían presagiar una gran asistencia de público, pero sólo consiguió congregar a un millar de personas. 

El convergente Josep Rull, que tiene todos los números para sustituir Oriol Pujol como número dos del partido de Artur Mas y tal vez hasta el propio Mas, fue el protagonista de la primera parte del "show", que aprovechó para ale aludir al ataque del que fue objeto el árbol y soltar la soflama obvia que "España nos podrá cortar los brazos pero no podrá cortar nuestras ansias de libertad". 

Tras la intervención de los dirigentes locales del separatismo en la comarca del Berguedà y la rifa de una cesta con productos típicos catalanes, un grupo de exaltados se dirigió al llamado "pino joven" (el pino joven, fruto de un esqueje del árbol original, que ya antes del ataque presentaba un aspecto lamentable) y después de los discursos, una actuación castellera y la interpretación de "Els Segadors", unos encapuchados concluir el acto con la quema de tres banderas , de España, Francia y la Unión Europea entre los aplausos y aclamaciones del público concentrado. Las enseñas de los dos países son objeto de ataques constantes, de modo que la novedad está en la inclusión de la bandera de la UE, en lo que constituye una muestra evidente del escaso talante europeísta de los partidos que apoya la consulta separatista . 

Paralelamente a la radicalización, el ANC empieza a tener ciertos problemas de convocatoria. La semana pasada pinchó en el despliegue de una 'megapancarta' en la que reclamaba a Obama su intervención en el "conflicto", ya que sólo consiguió reunir unas trescientas personas. En esta ocasión y en una de las zonas donde más peso tiene el separatismo, unas mil personas formaron, con ciertas dificultades coreográficas, una viene humana, ensayo de la manifestación que se prepara para el 11 de septiembre en Barcelona.

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