lunes, 21 de julio de 2014

La dimisión, pero poca, de Duran y Lleida


Tras anunciar repetidamente desde principios de junio amenazase que iba a abandonar su cargo a CiU Josep Antoni Duran hizo ayer efectiva su renuncia a la Secretaría General de la formación secesionista, al parecer de manera irrevocable. No piensa deja sus cargos de portavoz de su formación en el Congreso ni su cargo como la Presidencia de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso 

La renuncia de Duran no tiene efectos prácticos, dada la perfecta inutilidad del cargo que ostentaba. La coalición nacionalista es una confluencia de intereses (sobre todo pecuniarios) que la Convergencia de los Pujol y Mas y la Unión de Duran han administrado en beneficio propio, al abrigo de sus éxitos electorales y el ingente presupuesto público que ha pasado por sus manos . La Secretaría General de la coalición era a todos los efectos una instancia simbólica para representar un reparto de poder la verdadera esencia es tenebrosa. 

El hecho de estar dentro de la formación nacionalista, es el deseo de tener en Madrid un delegado plenipotenciario, con el que la clase política nacional y los medios de la capital sigan viviendo la ficción de que hay un nacionalismo razonable y moderado, lo que representa Duran, y otro imprudente y radical de Artur Mas al que conviene aplacar con continuas gabelas. Algo así como el poli malo y el poli bueno para seguir estirando la cuerda de la financiación. Porque desde Madrid se siga viviendo la ficción de que hay un nacionalismo razonable y moderado, lo que representa Duran, y otro imprudente y radical al que conviene aplacar con continuas gabelas. 

Hay quien vaticina que se trata del primer paso atrás en la carrera política de líder democristiano en solitario. Podría ser el primer paso de una separación de las dos formaciones pero eso está por ver. Las tensiones generadas por el proceso separatista han minado definitivamente las relaciones entre Duran y la cúpula nacionalista, que recibió con alegría el anticipo de dimisión, el 8 de junio, cuando la cara de CiU en Madrid se quejó de que Mas cerraba las puertas a una posible negociación con la Corona aprovechando la abdicación del Rey. 

Duran montó ayer su particular circo dimisionario, pero seguirá siendo diputado en el Congreso y presidente nada menos que de la Comisión de Exteriores de la España que le lleva por el camino de la amargura. Dos privilegios, junto con su vida muelle en el Hotel Palace, los que por supuesto no piensa renunciar.

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