lunes, 14 de julio de 2014

Una carta de Leopoldo López des de la presó




Leopoldo López convoca la unidad a revisar sin miedo al debate para salir a conquistar la democracia que pide el pueblo 

Escrito en: General 14 de julio 2014 a las 03:17 PM 

El coordinador político nacional adjunto de Voluntad Popular, Freddy Guevara, leyó una comunicación escrita por el líder de la tolda naranja, Leopoldo López, dirigida a los integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática donde exhorta a hacer un debate de altura y brindar respuestas a los venezolanos ante la crisis política, económica, democrática y constitucional que afronta el país, por lo que pasa reformar la Mesa de la Unidad para incluir a otros sectores de la vida nacional. 

Guevara, acompañado por dirigentes nacionales alcalde David Smolansky, diputado Juan Guaidó, Juan Andrés Mejía y Luis Florido, en nombre de la dirección nacional del partido, reafirmó la carta suscrita por López expresando que "es sorprendente que no tuviéramos reunión hoy de la MUD después de las inconcebibles declaraciones de Ramón José Medina, no ha habido tampoco una respuesta de parte del secretario ejecutivo Ramón Guillermo Aveledo, más preocupante aún, no ha habido una delimitación público de esta postura. Es sumamente necesario retomar el debate en la unidad para darle respuesta a los venezolanos. Reafirmamos lo dicho por Leopoldo López, tenemos que hacer un debate público, no sólo los partidos políticos sino con las universidades, sindicatos, estudiantes, productores, amas de casa, ciudadanos de a pie. Esta discusión no es para ver quien es candidato a quien, sino para ver cómo hacemos renacer el país de las cenizas al que nos ha llevado a la cúpula corrupta y dictatorial que tiene secuestrado el poder desde el Ejecutivo Nacional ". 

A continuación reproducimos la carta escrita por López desde Ram Verde: 

"A mis compañeros de lucha de la Unidad Democrática ya todos los venezolanos que queremos conquistar la democracia. 

Les escribo esta carta desde mi celda de la cárcel de Ramo Verde cuando cumplo cinco meses de encarcelamiento injusto por haber llamado a la protesta no violenta ya la conquista de la democracia por la vía popular y constitucional. No soy el único preso, somos más de 150 los presos políticos incluyendo los dos alcaldes destituidos y encarcelados, Enzo Scarano y Daniel Ceballos, ya Iván Simonov y los policías de la PM que ya cumplen 11 años de prisión injusta. 

Venezuela se está cayendo a pedazos, la crisis es en todos los ámbitos y no hay ningún análisis, ni los de portavoces del propio régimen, que indiquen que el camino que vamos a salir de esta crisis que afecta la vida de millones de venezolanos , todos los días. 

El origen de esta crisis no es el colapso del precio del petróleo, ni una invasión extranjera, tampoco lo es una guerra económica y mucho menos es culpa del pueblo venezolano. El origen de todos los problemas es el mismo: el sistema. Un modelo económico fracasado que, en lugar de haber aprovechado la mayor bonanza petrolera en 100 años, ha permitido el crecimiento de la pobreza y de la pobreza extrema. Un sistema de gobierno antidemocrático, corrupto, ineficiente y militarista que ha instalado un Estado delincuente que pretende echar raíces profundas para favorecer una élite gobernante que ya asoma el despotismo hereditario para mantenerse en el poder por generaciones. 

Este sistema nosotros lo hemos calificado como DICTADURA, una Dictadura del siglo XXI, una dictadura en color, pero al final 1 DICTADURA. Pero para no polemizar si es o no una dictadura quedémonos en el punto de encuentro que concluye que el origen de la crisis generalizada es el sistema. Es decir el origen del problema es político y su solución debe ser política. 

Siendo el problema el sistema, estamos obligados a hacernos, y respondernos, la pregunta: salimos del sistema o estamos prisioneros de él? El dilema está centrado allí, salir o permanecer. Nosotros optamos por salir, una salida que sea popular, democrática y constitucional, pero irrevocablemente comprometida con salir del sistema y conquistar la democracia. Sin concesiones; no las puede haber, como no hubo para los que salieron a conquistar la independencia de Venezuela o para los que salieron a derribar la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. 

Ante esta realidad se ha abierto un debate en el seno de la oposición democrática. Lo primero que quiero decir sobre esto, es que no está mal el debate dentro de la Unidad nacional, más bien es una señal positiva que tengamos visiones diferentes, siempre que no dejamos de lado dos condiciones necesarias, definir un objetivo común y mantenerse unidos . 

El debate es positivo, ya pasó en el pasado reciente cuando en 2009 promovimos primarias y tarjeta única, propuesta que fue duramente criticada por algunos compañeros de la oposición en sus inicios, pero que luego fue asumida como el camino a seguir por todos los que creemos en la Unidad. 

Para lograr el cambio que queremos hay que debatir y hacerlo sin miedo, con respeto, pero sin miedo de disentir. Lo que sería reprochable es actuar como el oficialismo, que ante las voces disidentes que ya señalan su división interna, optan por la descalificación, los tribunales disciplinarios y el torniquete en el debate. Este nunca debe ser nuestro proceder. Más bien todo lo contrario, para conquistar la democracia, practiquémosla, seamos demócratas en nuestro proceder interno para ganarnos la legitimidad de poder conducir el país, que siempre tendrá visiones opuestas sobre diferentes temas, de manera democrática. 

Sobre este debate ya está sobre la mesa diferentes propuestas que me permitiré comentar de forma respetuosa. 

Ramon Guillem Aveledo y Henri Ramos Allup (AD) han insistido en reanudar el diálogo con el régimen sin acondicionar para que pueda fluir. Ya esta opción tuvo un primer ensayo fracasado, no por culpa de la oposición sino porque el régimen lo utilizó como un mecanismo para aplacar la protesta popular y no para tejer un entendimiento nacional. Así acertada y oportunamente lo señaló esta semana la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) que estando representada en el diálogo en la persona del Nuncio Apostólico tiene toda la autoridad moral para llegar a esta demoledora conclusión de lo que fue este primer ensayo. 

Nos preocupa que un nuevo episodio del diálogo sea utilizado por el régimen para avalar medidas extremas como el aumento del precio de la gasolina, un maxidevaluació y otras medidas muy duras que no merecen ser aplicadas bajo un manejo opaco y corrupto de la economía como el que actualmente tenemos. Convocan a pagar la factura entre todos porque ellos sigan robando y botando los recursos de todos los venezolanos. 

Sobre el diálogo debemos estar claros que no hay diálogo efectivo sin presión de calle. Nuestro pueblo lo sabe: así como los obreros organizados en sindicatos protestan para conseguir el contrato colectivo, los estudiantes lo hacen por el pasaje o el comedor, y los barrios por la falta de agua, así debemos actuar desde la protesta no violenta para conseguir que el régimen acceda a un diálogo real que genere el único resultado aceptable: el camino hacia la democracia. 

Henrique Capriles ha insistido en que el objetivo de la oposición debe ser el cambio del CNE. Tiene razón Henrique, debemos cambiar el CNE, pero también a la Contraloría que avala la corrupción endémica con su pasividad cómplice; a la Fiscalía que aprisiona inocentes y deja en libertad asesinos; al TSJ que tuerce la Constitución con sentencias que criminalizan la protestas, militarizan la política y avala la corrupción; la Defensoría del Pueblo que sólo defiende los intereses del PSUV; de la Asamblea Nacional que es inoperante como resorte del debate y contraloría política y democrática; y por supuesto el ejecutivo encabezado por Nicolás Maduro que es responsable de las más alta ineficiencia y corrupción que se haya conocido en la historia del país. 

El problema es el sistema. Ya en el pasado la oposición se enfrascó en centrar el debate en el CNE sin ningún resultado. Con esto no quiero decir que hay que dejar de buscar el cambio del CNE, si hay que hacerlo ya que todas las soluciones pasan por procesos electorales, sólo digo que allí no está la solución del problema político de fondo, el CNE es un medio y no un fin. 

Primero Justicia propone la tesis de acumulación de fuerzas y proponen como ruta para el cambio las elecciones de la AN en 2015. 

El problema con esta propuesta es que ya hemos ganado y no ha sido reconocida la voluntad popular. Así ocurrió en 2010 con las elecciones de la Asamblea Nacional. Ganamos el voto popular con el 52% pero el oficialismo obtuvo mayoría de diputados y desarticularon la AN con habilitantes, destitución de diputados y minimizando el impacto de esta instancia. Además esta opción sería inefectiva para lograr un cambio en los poderes públicos, que no podrían ser cambiados aún ganando la mayoría de los diputados, ni tampoco resuelve el problema de la urgencia del cambio. 

Ganar y no cobrar también pasó en abril de 2013, tal como lo dijo Henrique Capriles en Venezuela y en el mundo: ganamos las elecciones pero por el cerco institucional hoy gobierna Maduro. Insisto: El problema es el sistema, no sólo el CNE. 

Hay que revisar y reorganizar la MUD y adaptarla a esta nueva etapa tal como lo propone Antonio Ledezma, de acuerdo, amplitud pero con el sentido de urgencia que merece el momento. 

En este sentido María Corina Machado, Copei, Bandera Roja y otras organizaciones proponen la convocatoria de un Congreso Amplio de Unidad Nacional, como un mecanismo para ampliar y democratizar la Unidad Nacional que sin duda es una tarea pendiente y necesaria ya que el país democrático es mucho mayor que los partidos políticos que hacen vida en la MUD. 

Esta convocatoria a un Congreso Amplio podría ser el escenario ideal para la definición entre todos de una ruta a seguir para el cambio del sistema. Fue precisamente esta deliberación que hace 203 años tuvieron nuestros padres de la independencia que después de tres días de deliberación acordaron firmar el Acta de Independencia 10 años antes de conquistarla. Es decir, la declaración de independencia el 5 de Julio de 1811, fue la definición de un rumbo a seguir que sólo se hizo realidad después de muchos años de lucha y sacrificio, pero lo consiguieron porque sabían hacia dónde iban y qué querían conquistar asumiendo todos los riesgos. 

La ruta a seguir debe combinar una estrategia política con la protesta de calle, una acción sostenida y no violenta que incorpore a todos los sectores en el espacio donde nos reconocemos y nos hacemos fuertes: CALLE. De lo que ha pasado entre febrero y mayo tenemos que convencer de la importancia que es canalizar la protesta callejera de forma ordenada y no violenta, y sin duda los jóvenes y estudiantes tendrán una responsabilidad importante en este sentido. 

Un grupo de partidos y organizaciones entre los que está el partido al que pertenezco: Voluntad Popular, estamos promoviendo dentro de este debate la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente como el camino a seguir para lograr un cambio profundo como lo amerita la circunstancia . 

Promovemos la convocatoria a una Constituyente por varias razones. La primera, es un mecanismo de cambio político que está contemplado en la Constitución (art. 347 y art. 348) y que puede ser convocado por la vía de la iniciativa popular. En Venezuela hemos tenido varios procesos constituyentes, y todos han sido convocados desde el poder, es cierto, pero también es cierto que la Constitución vigente, a diferencia de todas las anteriores prevé que el Pueblo mediante la consignación de firmas equivalentes al 15% del REP , puede convocar un proceso como este. Esta sería la primera Constituyente convocada desde el Pueblo y para el Pueblo. No es un invento nuestro, la opción esta ahí, clarita, en el artículo 348 de la Constitución. Activar o no depende de nosotros. 

La segunda razón es que si el problema es el sistema como hemos dicho, una Constituyente es el mecanismo más idóneo para cambiar el esquema y los responsables de conducir los poderes públicos del Estado venezolano, y eventualmente convocar unas elecciones para legitimar los cargos de elección popular. 

La tercera razón es que ante una crisis de la magnitud que hoy padecemos, un Constituyente sería un punto de encuentro, de diálogo y reconciliación nacional donde todos estén representados. La Constitución no es el problema, es el pacto social que hoy está roto por el secuestro del Estado venezolano. Por eso aprovechamos para hacer un llamamiento al oficialismo democrático buscar una salida incluyendo a la crisis. 

En un proceso constituyente podrán participar todos, incluyendo la creciente disidencia oficialista que hoy está siendo asfixiada por la antidemocracia interna. En una eventual Constituyente estaría representado el PSUV así como otras organizaciones del Polo Patriótico que hoy cuestionan al gobierno de Maduro y se quejan de estar excluidos. 

Y finalmente, estimamos oportuna la convocatoria de una Constituyente, porque es urgente el debate y el acuerdo sobre el modelo de Gobierno y de Estado a seguir. ¿Cuál es el modelo económico? Cómo garantizar los derechos de todos? ¿Cuál es la responsabilidad de los militares? La descentralización? 

No basta con sustituir los que gobiernan, hay que definir cuál es el modelo de país por el que todos trabajamos y todos nos veamos representados. Durante los últimos años hemos visto crecer a muchos sectores que deben ser incorporados en este proceso de cambio. Hoy estos sectores están en la calle y reclaman ser escuchados: trabajadores, médicos, educadores, estudiantes, gremios, productores, comerciantes, ONG. Todos deben ser parte de un proceso de cambio de abajo a arriba. 

Estamos claros que nuestra propuesta es una más dentro del debate, y es precisamente por eso que hemos sobre todo promover el debate, el diálogo entre los que queremos cambio. Un diálogo que tenga como resultado un objetivo común, la conquista de la democracia, y una ruta compartida. 

No caigamos en la trampa de descalificar unos a otros, tengamos más bien la valentía de debatir de manera amplia las propuestas que cada uno le está haciendo al país. 

Hermanos y hermanas de la Unidad Nacional, ponemos nuestro corazón y compromiso del tamaño de la circunstancia, salimos juntos, sin miedo, con la mayor amplitud, a conquistar la democracia. 

Desde la Cárcel de Ramo Verde, a los 14 días del mes de julio de 2014.

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