Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Mas tendrán la oportunidad la próxima semana de demostrar que están por encima de los intereses personales o de partido y afrontar esta Segunda Transición que tanto necesita España, pero me temo que difícilmente veremos algún gesto en esa dirección. Ninguno de los tres tiene verdadera capacidad de sobreponerse a las circunstancias y, en un golpe de audacia, ir tan lejos que la situación actual requeriría, probablemente porque ello supondría abrir las puertas a unos cambios que les parecen demasiado peligrosos.
Con que los tres llegaran a ponerse de acuerdo en no dificultar que la justicia mande a los corruptos respectivos en prisión, habríamos dado un gran paso. Los tres tienen más muertos en sus armarios de lo que los ciudadanos están dispuestos a soportar. Gurtel, o Valencia, por el PP, los Pujol, ITV o el Palau de la Música por CiU y por el PSOE la telaraña andaluza de las subvenciones, los cursos de formación o los ETS. Esto sería para empezar.
También podrían poner los tres de acuerdo en desmantelar los tinglados que tienen cada uno de sus partidos en las diferentes regiones que no sirven para nada, sólo dar de comer a inútiles de su partido, amparar a sus corruptos o cerrar las bocas de algunos disconformes, que los hay. Aquí estaríamos hablando del Senado, Diputaciones, Tribunal de Cuentas, poder judicial, Parlamentos Autonómicos, CAC o TV3 para dar algunos ejemplos.
Al acecho está Podemos con ganas de demostrar que pretende demostrar su solución a la cubana es la única posible. Yo creo que podemos es la solución. pero no me refiero al verbo poder sino al verbo podar todo suena igual.
El lunes Mariano Rajoy se verá con Pedro Sánchez que intentará explicar, si le ha dado tiempo a estudiarlo, como puede ser el de su federalismo entre para resolver el problema catalán en su primera reunión de los líderes de los partidos más votados. Sánchez a pedirle a Rajoy una reforma de la Constitución, sí, pero él ya es consciente de los límites de esta reforma y que no puede ir demasiado lejos porque sin el concurso del PP no es posible hacer nada. Y en este punto entra en juego un presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, inflexible a la hora de cumplir con la legalidad Vigente y reacio a los grandes Cambios.
Aunque Pedro Sánchez tiene el apoyo de los votos de los militantes en ese tiempo, ya le habrá dado tiempo de averiguar hasta qué punto intervienen las diferentes fuerzas que fluctúan como un magma que equilibra el partido en sus propias decisiones, y que la Su margen para hacer y deshacer no es tan amplio como algunos han querido hacer creer. Su partido no puede ser el ejemplo federal que preconiza. Cada territorio campa por su capricho, empezando por Cataluña. Pero tengo curiosidad por conocer de una vez su proyecto federal que no propone la igualdad de los territorios federados.
Mas, que será el segundo en entrevistarse con Rajoy, es probablemente el que, de los tres, se encuentra más atrapado por las circunstancias que él mismo ha creado y de las que ahora quiere salir y tiene difícil escapatoria. Sabe perfectamente que no puede celebrar de una manera legal, la consulta del 9 de noviembre y sabe, también, que en la oposición a celebrar esta consulta se encuentran al unísono el PP y el PSOE, por lo que difícilmente puede arrancar de cabeza los dos partidos algún compromiso que le permita salvar la cara sin tener que sacrificar en el altar de la mayoría absoluta a favor de ERC.
¿De qué hablarán los tres líderes? Me temo que nos quedaremos como estamos y que eso de Cataluña, una vez superado el trámite de la consulta ilegal, intente resolver por la vía de más financiación.
Pero España necesita un cambio. No porque haya de dar respuesta al envite catalán, sino porque es evidente que el modelo actual no funciona como debería y hay que introducir importantes modificaciones. Estos cambios no pasan por dar pasos hacia atrás con discursos ya superados como los de Podemos, sino para dar los pasos hacia adelante.
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